30 de abril de 2013

Sed


El pulso se me acelera,
Un pleito en mi garganta me corta la respiración,
Mis manos acalambradas olvidaron como moverse
Y estos ojos, los míos, no saben a dónde mirar.
Una gota de sudor me recorre,
Baja lentamente desde la sien,
Hasta evaporarse con el calor de mis palpitaciones,
Se pierde,
Se olvida.
Un recuerdo con sabor a whiskey me posee,
Me excita,
Erizando así, cada vello de mi cuerpo.

Moran en mí,
La duda,
La tentación,
Las ganas.

Ganas de desdibujar cada botón de su camisa,
Y de cincelar mapas en su dorso
Con nada más que el ácido de mi saliva.
Ganas de sentir sus manos poderosas subirme la enagua,
Esa que en otras fantasías salió perdiendo.
Ganas de tirar de su pantalón,
De arrancarle el alma,
Para después devolvérsela  en un beso,
Como dijera,
Ganas de él.

Me reincorporo,
Un tanto agitada busco su aroma en el aire,
Observo la oficina,
Truhan compañera de aventuras y fantasías.
Sin embargo,
El ruido de la calle interrumpe esta labor,
Esta manía de pensarlo,
De desnudarlo en el pensamiento,
De recorrerlo,
Y ahí,
Hacer míos cada uno de los centímetros de su piel,
De sus ganas,
De su sed de mí..

19 de abril de 2013

Yo tuve un amigo


Yo tuve un amigo,
Uno al que en algún momento quise como se quiere a un amante,
Luego lo quise más.

Yo tuve un amigo,
De los que se encuentran casi extintos,
Más mío que un hermano,
Compartíamos palabras, horas, cigarros y café,
Nos entretejíamos entre canciones, poemas, risas y cereal.

Hasta hace poco,
Yo tuve un amigo,
Uno que dejó morir a su alma,
Que olvidó cómo se respira en este mundo
Y que dejó que el hambre de la perfección
Le carcomiera sus defectos.
Esos defectos que le daban nombre,
Que le daban luz,
Que lo mantenían libre
Defectos de la carne y el placer.

Por Dios,
Que yo tuve un amigo,
Amigo de muchos,
Amigo de pocos,
Amigo de lágrimas y muerte,
Amigo de lágrimas y vida.

Yo tuve un amigo,
Al que extrañaría menos,
Si se hubiera escapado de esta vida,
Si hubiera volado a otro rumbo,
Si no le hubiera vendido su alma al diablo,
A la decencia,
 A la desfachatez,
A la posesión,
Al olvido.

Yo tuve un amigo,
Que necesita convencerse de que sigue vivo,
Que canjeó su vida por la de un extraño,
En un inexplicable afán de ponerse los zapatos de su padre.

Les juro,
Yo tuve un amigo,
Y si alguno lo llegara a encontrar,
Díganle,
Que el café, los cigarros y la guitarra,
Lo esperan,
Porque yo sé,
Que hace un tiempo,
Yo tuve un amigo.

16 de abril de 2013

Pretextos y razones



Un café,
Un piano de fondo tratando de descifrar
Esta despedida.
Despertar pensándolo,
Escuchándolo reír,
Tratando de recrear cada escena malinterpretada.

Con el sabor
De quien se inventa una novela,
A la que otro le escribe el punto final,
Decido saludar al sol.

Pasa el día,                                                        
La gente transita,
Habla y casi nunca escucha,
Ríe, llora,
Se enoja,
La gente muere,
Nace,
Cambia su fe,
Su religión
Y su amor.

Me hallo,
Buscando letras de otro
Para ponerle nombre al sentimiento,
Quizá si doliera sería más fácil,
Mejor aún si aliviara.

Lo único claro es cuánto se extraña,
Cada palabra, cada intención,
Cada  confusión.

Es cierto,
Conozco cada muro,
Cada razón,
Cada pretexto que me aleja,
Que me impide recorrerlo,
Que nos prohíbe volar
Y cegarnos a la realidad.


Conozco a los de su clase,
Los fuertes,
Los valientes,
Los que por vivir dejan de sentir.
Conozco esa clase,
La que se oculta,
La que se llena de razones,
De muros necesarios
Para protegerse de lo innecesario.
Conozco sus razones,
Sus miedos,
Sus corajes,
Los conozco
Me conozco.

Hoy les digo,
En lo negro quizá haya también otros colores,
En lo malo algo de bueno,
Y en el final un poco de inicio.
La soledad detrás de esos muros,
No tiene que ser perpetua,
La eternidad es una elección.
Hoy conozco sus pretextos,
Los que le ayudan a morir,
Pero no he oído sus razones,
Esas que lo impulsan a vivir.

8 de abril de 2013

Sin más que decir

Sin más que un puñado de letras expuestas,
unos kilos de más,
unas cuantas sonrisas ocultas,
una llovizna de lágrimas secas,
sin nada más que eso,
me retiro hoy.

Con la certeza de un semáforo,
con luces cambiantes,
que muchos ni respetan.

Así me fugo hoy,
sin ganas de partir,
pero con la intención de hacerlo,
con antojos aún,
pero agradeciendo todo lo que comí.

Sin más que un mundo de ganas,
unas cuantas fotografías,
metas por alcanzar
y un futuro incierto,
sin más que todo eso,
así les saludo hoy,
así me despierto,
con estas ganas de volar,
de sentirlos amanecer conmigo,
de poner el orgullo en su lugar
y bailar!...

Igual,
Con la certeza de un semáforo,
con luces cambiantes,
que a muchos hoy les salva la vida!...

6 de abril de 2013

Por cada palabra que callo



La puerta me interroga,
Se cierra frente a mí,
Aprisionándome,
Juzgándome con esa mirada,
Muy diferente a cuando fue testigo de una pasión real.
Absorta,
Divago entre las últimas letras palpadas,
Sublimar esta vez no me rescató,
Aún quedan palabras amotinadas entre mis dientes.
Más triste que ayer,
Continúo esperando que me adivinés,
Que un haz de luz demarque el camino que te trae a mí,
A esta irracional postura,
A esta absurda intención,
Continúo esperando que te enterés,
Que me leás,
No sólo en lo que escribo,
 Sino en cada palabra que callo.
Porque por cada palabra que callo,
Una disparatada sensación de ahogo me ataja,
Cada palabra que callo,
Es un manojo de tristeza empoderándose,
Remojándome,
Cambiándome,
Aniquilándome.
Por eso,
Continúo esperando a que,
De pronto,
Me conozcás y así adivinés mis palabras,
Esas que incluso digo,
Cuando callo.

5 de abril de 2013

Siendo directos


Escribo 5 líneas,
Las borro,
Suspiro y abro la ventana como esperando encontrar señales en el humo de los carros que por la calle vacilan.
Mientras tanto,
La lluvia afuera danza en mi nombre,
Burlándose impetuosamente
De mi manía de perder paraguas.

Se amotinan las palabras en mis dientes,
Se esconden,
No sé qué intentan dibujar.
Insegura de tenerlas ciertas,
Las ignoro,
No las pronuncio
Ni  mucho menos las maldigo.

Permito que las palabras de otros,
Interroguen por mí,
Que la melodía que ellos usaron
Armonice mis memorias
Y que cada uno de esos recuerdos
Me aromaticen el alma.

Con un teléfono en mano
Y mil llamadas pendientes,
Encuentro el pretexto perfecto
Para no salir a jugar,
Para no continuar con la partida,
Esperando,
Al despertar,
Haber ganado ya.

Ya lo sé,
Aunque gane, habré perdido,
Y aunque pierda, habré ganado igual.

Mi artilugio extraña su melodía,
La que usa para hacer a mis dedos bailar.
Basta,
Suficiente de evasivas,
No más pretextos,
No es sólo que su melodía se extraña,
Es más,
Es esa obstinación de ser
O más bien, de no ser.

Sí,
Sabés bien que te hablo,
Mirá que ni la sonrisa podés disimular!

Entretanto,
Heme aquí,
Respirando,
Queriendo verte ceder
Verte desaparecer subterfugios inútiles,
Risibles,
Para que así,
Al menos,
Mis dedos vuelvan a bailar.