El pulso se
me acelera,
Un pleito en
mi garganta me corta la respiración,
Mis manos
acalambradas olvidaron como moverse
Y estos
ojos, los míos, no saben a dónde mirar.
Una gota de
sudor me recorre,
Baja lentamente
desde la sien,
Hasta evaporarse
con el calor de mis palpitaciones,
Se pierde,
Se olvida.
Un recuerdo
con sabor a whiskey me posee,
Me excita,
Erizando así,
cada vello de mi cuerpo.
Moran en mí,
La duda,
La tentación,
Las ganas.
Ganas de
desdibujar cada botón de su camisa,
Y de cincelar
mapas en su dorso
Con nada más
que el ácido de mi saliva.
Ganas de sentir
sus manos poderosas subirme la enagua,
Esa que en
otras fantasías salió perdiendo.
Ganas de
tirar de su pantalón,
De arrancarle
el alma,
Para después
devolvérsela en un beso,
Como dijera,
Ganas de él.
Me
reincorporo,
Un tanto
agitada busco su aroma en el aire,
Observo la
oficina,
Truhan compañera
de aventuras y fantasías.
Sin embargo,
El ruido de
la calle interrumpe esta labor,
Esta manía
de pensarlo,
De desnudarlo
en el pensamiento,
De recorrerlo,
Y ahí,
Hacer míos
cada uno de los centímetros de su piel,
De sus ganas,
De su sed de
mí..