10 de noviembre de 2012

Necesidad de usted


Usted,
Que procura visitarme cada noche,
Para remojar mi sueños en mares de placer,
Que osa arrebatarme promesas,
Idilios,
Temores.

Sí,
Usted,
Que con toda intención,
Con impresionante ahínco,
Y con una pausada premura,
Aquella tarde me besó.

Hoy debo preguntarle:
¿De dónde el coraje sacó para, con alevosía, crearme esta necesidad de usted?
De reposar mi labios sobre los suyos,
De sentir la saciedad de su abrazo,
De saborear el compás de su cuerpo entrando por mi puerta,
De respirar el vapor desprendido de su cuerpo.

 Yo,
Que de pronto me descubro rebuscando palabras,
Canjeando bostezos por suspiros,
Sonriéndole al viento
Y seduciendo a mi teléfono.

Yo,
Vívida fortaleza de obstáculos empinados
Y pasadizos liosos,
He perdido los mapas que llevan a mi aposento,
He entregado la copia de mis llaves,
He arropado nuevas angustias,
Nuevos placeres.

Hoy soy yo,
Quien de coraje se debe llenar,
Para pedirle a usted,
Y a  nadie más que a usted,
Que con inevitable deseo,
Y con toda intención,
Venga hoy,
Venga mañana,
Venga siempre,
Y con caricias comience,
A  abrigarme el alma.

4 de septiembre de 2012

El destino de una historia


Nada de esto ha sido un accidente,
Ni tampoco una casualidad,
Haberte visto aquella noche,
Ignorando que tiempo después podrías  figurar.

Nada de esto ha sido un accidente,
Ni es en lo más mínimo una casualidad,
No haberte visto sino hasta cuando el agua bajaba por mi rostro,
Y cierta electricidad nos juntara los labios,
Para que esta vez un circuito los terminara por fusionar.

Tantas veces te vi,
Sentado a mi lado, riendo, respirando mi mismo aire,
Sin siquiera percatarme que ahora,
Tiempo después,
En una nueva realidad,
La distancia se ha convertido en una cómplice más,
De mis deseos de respirar el aire que suspirás.

Sólo un circuito bastó
Para que las pláticas comenzaran a fluir,
Y una canción se necesitó
Para que las palabras decidieran huir de mi boca,
Dejándome  inútil,
Ante un teclado frío que no logra encontrar la melodía exacta
Para regalarle a esta distancia.

No puede haber sido un accidente,
Ni tampoco una casualidad,
Que después de tantas horas compartidas
Sea ahora que quiera repetirlas constantemente,
Que sea hoy cuando me entere que no han sido suficientes  las copas,
Los abrazos, los besos, las risas y las lunas,
Que no ha sido suficiente lo que ya hemos  desvanecido.

No es un accidente,
Ni mucho menos una casualidad,
Que en esta realidad;
En la que los kilómetros juegan en nuestra contra
Y hay países, historias, trabajos y gentes en medio;
Me encuentre pariendo letras para vos,
Esperando que la distancia se acorte,
Que el tiempo vuele,
Y así podamos volver a aquella noche,
En la que la historia ya antes escrita,
Nos hizo encontrar.

16 de agosto de 2012

Ajena a vos


Mirame bien, observa cuidadosamente lo patética que luzco yacida en el suelo menos frío que cuando llegué; prestándole atención al gallo desafinado que diariamente me despierta a las tres y cuarto, y a la tenue luz que se cuela por la ventana de tu habitación, todo por el temor de perderme en vos.
He preferido cerrar los ojos a notar que me observas con detalle, a sentir que me sientes cuando me acerco, a temblar con vos por lo confuso que es todo. Quizá por mi neurosis  histérica, coloreada con delirios es que siento que algo pasa entre nosotros o quizá por eso logro inventármelo.
Por ahora, mirame bien, hoy que salí de tu mundo, hoy que la razón está presente, hoy que le pagué con sueños a mi soledad, hoy que soy completamente ajena a tu risa, examiname hoy, porque mañana, probablemente me derrita y vuelva a cerrar los ojos. Pero hoy, hoy soy capaz de ver a tus palabras bailando para mí, hoy te veo de lejos y sé quién sos, hoy quien tiembla sos vos y quien te observa soy yo, las palabras que hoy escuchás son mías, porque hoy junto a una taza de café, probablemente no tan clara y suave como la espuma de aquella cerveza o tan ligera como el humo de los pocos cigarros aquella noche compartidos, las palabras se desprendieron de mí. 

Musa


Mis dedos no encuentran las palabras,
aún recuerdo cuando tenían sensaciones que compartir,
se sienten extraviados en este teclado,
les falta su musa, su inspiración.
Buscan la melodía que los acompañe,
el idioma que de sus destrezas haga un festín,
mas no encuentran poeta o músico,
una desgracia será su fin.
Te gustaría ser mi musa,
hacer de mis manos una invitación,
así podrían describir el deseo de una noche lluviosa
y quizá hacerte parte de un sueño, o  tal vez de una realidad.
Te gustaría plantarte junto a mis pies
dejarte vencer, tal vez renacer,
amanecer en verdes mañanas
y con besos saciar tu sed.
Gustarías de mis dedos escritores
que desde hace meses no tienen palabras que parir,
gustarías de mis labios cantores
que no recuerdan por donde partir.
Te imaginas viajando por la mañana
a una realidad única, sólo de los dos,
buscando travesías e ilusiones
cazando melodías y quizá algún color.
Te imaginas pintando el mundo con mis pinceles
coloreando mis vestidos con la espuma del mar,
naufragando hacia la noche,
con la luna de frente,
y los sinsabores detrás.
Yo aún no comprendo lo que pasa,
no logro recordar que debo hacer,
si debo sentarme o levantarme,
si reír o llorar está bien.
No recuerdo lo que es tener una musa,
temo que mis dedos no le traten bien,
temo que mis labios cantores
decidan callar de una vez,
así mismo temo,
no volver a temer,
y que a mis noches lluviosas
el deseo se les vaya también. 

15 de agosto de 2012

A propósito de las madres

Hay quienes han tenido la dicha de tener una madre, hay otros, más afortunados aún, que han logrado tener más de una. Hay de los que las encuentran en su camino, apareciéndose como una extraña que termina penetrándoles la piel, volviéndose pieza fundamental del rompecabezas de su vida.
Una madre, no es, en lo más mínimo, una condición que se limita al acto de parir. Una madre, es aquella que te envuelve, te arropa, te abriga cada vez que sentís frío y más allá, te enseña, así como ella aprendió, a buscar nuevas formas de abrigo.
Una madre es una amiga, una compañera, una cómplice, una "vieja necia", una mediadora, una alcahueta, un "freno de mano", un abrazo fuerte, un abrazo tierno, comida para el alma, es amor, felicidad, tristeza, enojo, prudencia, locura, es fuente de vida, formadora de sueños, aniquiladora de otros, es principio y a veces es fin. Ante todo, una madre es una mujer, con deseos, sueños, metas, virtudes, defectos... humana que llaman.
He tenido la fortuna de haber encontrado a muchas madres a lo largo de mi camino, madres de otros, madres mías. Todas diferentes, todas maravillosas. Mujeres hábiles, fuertes, decididas, amorosas, inteligentes, soñadoras, con alas grandes de plumas multicolores.
Tuve una madre, una que ya no está, una que extraño en repetidas ocasiones, una que siento cerca cuando leo, cuando río, cuando lloro, cuando soy yo, cuando visito lugares que en algún momento frecuentamos. Mi formadora, la pintora de mis alas, la que el tiempo no le alcanzó para enseñarme a volar y sin embargo, me dejó un manual de instrucciones. Una madre a la que amé, amo y probablemente siga amando hasta desvanecerme en el alba, para que en un soplido me tome de la mano y me lleve con ella.
Tengo una madre, una que decidió darme vida, con la que he conocido sobre fuerza, independencia, tolerancia, integridad, empuje, orden, felicidad, tristeza, coraje, talento; una mujer que ha sido clave en la formación de mi carácter, de la que he aprendido más de lo que ella se imagina, más de lo que yo podría reconocer. Madre de armonías, melodías, canciones...
Asimismo, tengo otra madre, tan diferente a cualquier otra que se haya cruzado en mi camino, que me enseñó a reconocer la capacidad del ser humano para cambiar, que me mostró que una mamá es mucho más de lo que yo podría haber pensado. Mi amiga, consejera, cómplice, cuidadora, una mujer admirable, de fuerte convicción, clara en sus ideas, valiente, impetuosa, hábil con sus manos y abrazadora con el corazón.
Le agradezco profundamente a la vida por mis madres, por las que están y las que tuvieron que partir. Madres de papel o sangre, y también aquellas que tal vez venían de visita y mi corazón las guareció. Gracias mujeres, gracias mamás!!!!
                             FELIZ DÍA DE LAS MADRES!...

25 de mayo de 2012

El poder de la palabra

La palabra escrita, hablada, e incluso callada, es -a mí parecer- una de las armas más poderosas que poseemos los seres humanos, sino la más poderosa.
Una palabra bien dicha, usada en el momento exacto, puede ayudar a construir un universo diferente; es capaz de ser tan sanadora como aniquiladora, en momentos claves. Callarlas, realmente, sería un desgracia.
Si bien es cierto, mi profesión es la psicología, y para ésta las palabras son esenciales, tanto las que se dicen como las que no. El poder de la palabra en todas sus formas, va mucho más allá de sacar "la basura" que diariamente acumulamos dentro de nosotros. No sólo es sacarla, escupirla, vomitarla; es saber cómo ésta nos moldea, nos transforma continuamente en las personas que somos. Es entender que todo eso que decimos o no, es lo que nos define.
Las maneras que utilicemos para sacar "nuestra basura interna", están directamente ligadas tanto a antiguas técnicas que hayamos usado junto a la respuesta que obtuvimos, como a otras estrategias vistas en la otredad y aprendidas, ya sea por convicción de su eficacia o por conducta aprendida inconscientemente.
Sea como sea, lo más importante es saber el poder que tiene una palabra. Emplearlas, aprenderlas, entenderlas, poder saborear cada palabra al escucharla, al leerla, al tener contacto con ella.
El poder sanador de una palabra es, en su mayoría, más fuerte que cualquier antidepresivo que se pueda medicar, puede llegar a ser aun más potente que cualquier droga conocida. Hacer una "limpieza general" es tan necesaria a lo interno del ser humano como lo es en las calles de nuestro país. Sin embargo, la acumulación de restos continúa, por ignorancia, intransigencia, tozudez o por lo que sea.
Yo me pregunto: Si para nadie es un secreto que la proliferación de desechos en las calles es la principal autora del desbordamiento de ríos, alcantarillas y demás, ¿cómo nadie se cuestiona si el desborde conductual, llámese ira, por ejemplo, está directamente relacionado a la acumulación de "basura mental"?

Detengámonos aquí para pensar en esta pregunta un momento...

Ahora, ya que nos hemos cuestionado, que de pronto nos encontramos con este pensamiento tan "sui generis" (léase con sarcasmo), ahora que nos estamos convenciendo de decir "eso" que creemos nos está generando conflictos internos, tenemos que comprender que la asertividad y la eficacia de todo esto, se encuentra en "depositar la basura en el basurero correcto". ¿Qué quiere decir esto? Bueno, que tan dañino es recoger la basura de la calle para ir a tirarla a un lote baldío, como dejarla en la calle. Por lo tanto, la limpieza se debe hacer correctamente. Dejando esta metáfora a un lado, lo que intento decir es que, si hay palabras que he guardado recelosamente, que actualmente me generan desagrado, es hora de sacarlas. Y colocarlas en la persona o grupo que en un principio las generó. Sin indirectas, sin segundas intenciones, sin tratar de herir a otros, sino asertivamente. Y si de pronto, ahora es imposible hacerlo, siempre existen otros mecanismos para deshacerse de aquello que nos mantiene a disgusto, la sublimación por ejemplo.
Articulen, digan, hablen sobre aquello que los incomoda, la liberación y la tranquilidad viene justo detrás de eso. Las soluciones a sus (volviendo a la metáfora) "derrames comportamentales" están ahí, en LA PALABRA.

Sublimación

Unas cervezas,
unas palabras,
él,
ella,
la soledad.
Él se levanta,
revisa a su can,
se devuelve a su asiento,
mas en su camino encuentra un desvío,
atajo que lo deja tropezar con los labios de ella,
tropiezo que dura lo que le toma a Cigala preguntarse por “el día que me quieras”
De pronto...
Ella levita
aterriza en su regazo,
la mano de él curiosea en su cuerpo
la hebilla de su faja se rinde, así como el broche de su brasier.
Mientras tanto,
las gotas continúan bajando por la lata de cerveza,
menos llena que cuando llegaron al lugar.
Una explosión, la primera de muchas venideras.
una pausa...

Las gargantas de ambos aúllan pidiendo remojo,
se terminan las cervezas.
Vuelan entre miradas hasta el siguiente aposento
la luz cada vez más tenue se cola entre las sonrisas,
una música, otra,
los comienza a colorear.
La luz tenue... las sonrisas... los suspiros... el jazz
pronto el siguiente soundtrack empezó a sonar.
Unas piezas de jazz vislumbraban explosiones mayores,
y entonces, un piano, una voz, Alicia Keys se unió a la historia.
­Su voz cada vez más lejana,
opacada por los besos sangrantes de una pasión vieja…
Es ahora como los botones de un pantalón lo obligan a hacer su retirada
los acompaña el otro pantalón.
Los torsos desnudos se contemplan,
se reconocen del pasado
el tacto comienza a hacer su labor
examinando centímetro a centímetro un cuerpo que alguna vez palpó.
La música continúa adornando el aposento…
Una luz más tenue se requiere...
una lámpara colabora mientras otras luces se comienzan a evaporar, nunca por completo.
Una primera fusión se engendra
los dos cuerpos comienzan a levitar
de pronto, pareciera no rodearlos nada más,
simulan una masa, amalgamándose en el aire, fusionándose, explotando... explosivos.
Ambos se reconocen, una que otra risa se escapa,
Se colocan cuales piezas de un rompecabezas que muchas veces comenzaron a armar.
La respiración se intensifica
un vapor se desprende de sus cuerpos,
los sudores se mezclan
y esas bocas que no dejan de tropezar
un suspiro final, una explosión más...
otra pausa...

Palabras se escapan de sus bocas
los pájaros de la mañana se comienza a colar en la conversación
un abrazo, un beso más, un brazo en el cuello, un respiro en la espalda y los ojos se comienzan a cerrar.
El sonido de una alarma un poco peculiar les desviste las pupilas,
es un recordatorio de la labores que se deben hacer
él se levanta, la deja en la cama...
Son las 7 menos 10, él no lo sabe
saca la basura,
hace frío, vuelve a la cama
el brazo en el cuello
el beso en la espalda…
Los dedos traviesos vuelven a explorar
los ojos se cierran de nuevo,
calienta la mañana,
y calientan sus cuerpos otra vez.
El tacto esta vez va más allá....
rebuscando lugares que hace poco recorrió,
suspiros,
risas,
explosiones, sí, explosiones otra vez
no hay música ahora...
más que uno que otro pájaro
y los portones que los advierten de la posible llegada de un imprevisto.
Pronto,
sus cuerpos nuevamente se comienzan a fusionar
el sudor se mezcla
la pasión se rejuvenece
dos cuerpos desnudos
cuatro ojos entreabiertos
y esos labios que no dejan de tropezar.
Una explosión final,
augurio de que la historia está por acabar.
Una mirada cómplice,
una sonrisa antes vista,
un beso con sabor a mañana,
la ropa empieza a aparecer,
los estómagos rugen.
Se visten,
Los ojos de ella no se dejan de preguntar ¿cómo fue que olvidé los lentes oscuros en el sillón de la casa?
Salen,
Buscan alimento,
todo el país pensó igual,
deambulan por distintos lugares,
hasta que alguno abierto y casi vacío apareció.
COMIDA... bienvenida seas en mi cuerpo,
pensaron los dos.
La esencia de la naranja hecha néctar bailaba por sus gargantas
un alivio,
sentimiento de saciedad,
es hora de partir,
él paga la cuenta,
ella al vigilante de autos.
La conduce hasta su casa,
un último tropiezo... un beso final.

24 de mayo de 2012

Lloraré cuando tenga que llorar


Lloraré cuando tenga que llorar,
Gritaré al aire cuando sienta que mi voz se apaga,
Cuando casi enmudecida sepa que aún faltan cosas por decir,
Obligaré a mis labios moverse.
Me permitiré absorber cada sensación,
Dejaré que cada parte de mi cuerpo experimente,
Sienta.
La tristeza podrá hacerme compañía
Y en ciertas canciones,
El deseo y  la añoranza le pedirán algunos acordes.
La soledad será desplazada,
No tendrá más remedio que cortejarme,
Para quizá lograr a entrar a mi casa.
El balcón me sabrá diferente,
El vino más tinto, más seco, más distante.
Lloraré cuando tenga que llorar,
Pero también reiré cada vez que quiera reír,
Me permitiré sentir  dolor,
Lo degustaré apasionadamente,
Este dolor me recuerda que sigo viva,
Que soy de carne y que no soy ni eterna ni indispensable.
La soledad será desplazada,
Se la cambiaré al destino por letras,
Letras  en mi teclado que se transformarán en palabras,
Palabras de nuevos libros,
Palabras en la calle, en la casa, en el trabajo,
Palabras en el balcón.
Lloraré cuando tenga que llorar,
Empaparé mis almohadas en los instantes en que la distancia me acuchille la espalda.
Te extrañaré,
Y me permitiré hacerlo,
No trataré de persuadir cada sensación,
Extrañaré las palabras, cada una de ellas,
Extrañaré las copas, las risas, los enojos, el frío y el calor.
Te extrañaré,
Hasta que de pronto, no te extrañe más.
Saborearé el dolor,
Hasta que de pronto, no duela más.
Lloraré cuando tenga que llorar,
Y lo disfrutaré,
Por el sencillo hecho de ser un opción.
Y reiré,
Reiré tan fuerte que mis pulmones desarrollarán nuevos poderes.
Lo haré hasta que se me dificulte respirar
Y las lágrimas salgan a acompañar cada carcajada.
Y cuando no seás más que un recuerdo,
Un capítulo más de un libro que ya leí,
Te contaré que aquel libro no era sólo un capítulo,
Que eso quizá fue nomás que una introducción,
Que aún faltan muchos capítulos por conocer,
Nuevos personajes que embelesar,
Que el capítulo que vislumbramos no le hacía justicia al libro,
Que siempre hay un después,
Y que generalmente es mejor.
Por lo pronto,
Lloraré cuando tenga que llorar….