16 de agosto de 2012

Ajena a vos


Mirame bien, observa cuidadosamente lo patética que luzco yacida en el suelo menos frío que cuando llegué; prestándole atención al gallo desafinado que diariamente me despierta a las tres y cuarto, y a la tenue luz que se cuela por la ventana de tu habitación, todo por el temor de perderme en vos.
He preferido cerrar los ojos a notar que me observas con detalle, a sentir que me sientes cuando me acerco, a temblar con vos por lo confuso que es todo. Quizá por mi neurosis  histérica, coloreada con delirios es que siento que algo pasa entre nosotros o quizá por eso logro inventármelo.
Por ahora, mirame bien, hoy que salí de tu mundo, hoy que la razón está presente, hoy que le pagué con sueños a mi soledad, hoy que soy completamente ajena a tu risa, examiname hoy, porque mañana, probablemente me derrita y vuelva a cerrar los ojos. Pero hoy, hoy soy capaz de ver a tus palabras bailando para mí, hoy te veo de lejos y sé quién sos, hoy quien tiembla sos vos y quien te observa soy yo, las palabras que hoy escuchás son mías, porque hoy junto a una taza de café, probablemente no tan clara y suave como la espuma de aquella cerveza o tan ligera como el humo de los pocos cigarros aquella noche compartidos, las palabras se desprendieron de mí. 

Musa


Mis dedos no encuentran las palabras,
aún recuerdo cuando tenían sensaciones que compartir,
se sienten extraviados en este teclado,
les falta su musa, su inspiración.
Buscan la melodía que los acompañe,
el idioma que de sus destrezas haga un festín,
mas no encuentran poeta o músico,
una desgracia será su fin.
Te gustaría ser mi musa,
hacer de mis manos una invitación,
así podrían describir el deseo de una noche lluviosa
y quizá hacerte parte de un sueño, o  tal vez de una realidad.
Te gustaría plantarte junto a mis pies
dejarte vencer, tal vez renacer,
amanecer en verdes mañanas
y con besos saciar tu sed.
Gustarías de mis dedos escritores
que desde hace meses no tienen palabras que parir,
gustarías de mis labios cantores
que no recuerdan por donde partir.
Te imaginas viajando por la mañana
a una realidad única, sólo de los dos,
buscando travesías e ilusiones
cazando melodías y quizá algún color.
Te imaginas pintando el mundo con mis pinceles
coloreando mis vestidos con la espuma del mar,
naufragando hacia la noche,
con la luna de frente,
y los sinsabores detrás.
Yo aún no comprendo lo que pasa,
no logro recordar que debo hacer,
si debo sentarme o levantarme,
si reír o llorar está bien.
No recuerdo lo que es tener una musa,
temo que mis dedos no le traten bien,
temo que mis labios cantores
decidan callar de una vez,
así mismo temo,
no volver a temer,
y que a mis noches lluviosas
el deseo se les vaya también. 

15 de agosto de 2012

A propósito de las madres

Hay quienes han tenido la dicha de tener una madre, hay otros, más afortunados aún, que han logrado tener más de una. Hay de los que las encuentran en su camino, apareciéndose como una extraña que termina penetrándoles la piel, volviéndose pieza fundamental del rompecabezas de su vida.
Una madre, no es, en lo más mínimo, una condición que se limita al acto de parir. Una madre, es aquella que te envuelve, te arropa, te abriga cada vez que sentís frío y más allá, te enseña, así como ella aprendió, a buscar nuevas formas de abrigo.
Una madre es una amiga, una compañera, una cómplice, una "vieja necia", una mediadora, una alcahueta, un "freno de mano", un abrazo fuerte, un abrazo tierno, comida para el alma, es amor, felicidad, tristeza, enojo, prudencia, locura, es fuente de vida, formadora de sueños, aniquiladora de otros, es principio y a veces es fin. Ante todo, una madre es una mujer, con deseos, sueños, metas, virtudes, defectos... humana que llaman.
He tenido la fortuna de haber encontrado a muchas madres a lo largo de mi camino, madres de otros, madres mías. Todas diferentes, todas maravillosas. Mujeres hábiles, fuertes, decididas, amorosas, inteligentes, soñadoras, con alas grandes de plumas multicolores.
Tuve una madre, una que ya no está, una que extraño en repetidas ocasiones, una que siento cerca cuando leo, cuando río, cuando lloro, cuando soy yo, cuando visito lugares que en algún momento frecuentamos. Mi formadora, la pintora de mis alas, la que el tiempo no le alcanzó para enseñarme a volar y sin embargo, me dejó un manual de instrucciones. Una madre a la que amé, amo y probablemente siga amando hasta desvanecerme en el alba, para que en un soplido me tome de la mano y me lleve con ella.
Tengo una madre, una que decidió darme vida, con la que he conocido sobre fuerza, independencia, tolerancia, integridad, empuje, orden, felicidad, tristeza, coraje, talento; una mujer que ha sido clave en la formación de mi carácter, de la que he aprendido más de lo que ella se imagina, más de lo que yo podría reconocer. Madre de armonías, melodías, canciones...
Asimismo, tengo otra madre, tan diferente a cualquier otra que se haya cruzado en mi camino, que me enseñó a reconocer la capacidad del ser humano para cambiar, que me mostró que una mamá es mucho más de lo que yo podría haber pensado. Mi amiga, consejera, cómplice, cuidadora, una mujer admirable, de fuerte convicción, clara en sus ideas, valiente, impetuosa, hábil con sus manos y abrazadora con el corazón.
Le agradezco profundamente a la vida por mis madres, por las que están y las que tuvieron que partir. Madres de papel o sangre, y también aquellas que tal vez venían de visita y mi corazón las guareció. Gracias mujeres, gracias mamás!!!!
                             FELIZ DÍA DE LAS MADRES!...