13 de noviembre de 2013

¿Volamos?


Aunque el miedo carcoma y algún día se deba aterrizar…
Le extiendo una invitación a su inconsciente,
Para que se pasee en los senderos,
Éstos, que el mío ha preparado para su placer.

A las palabras que sus labios no han resuelto pronunciar,
Les ofrezco mi piel,
Para que la usen cual lienzo libre,
Y así puedan plasmar
Todo aquello que aún no logran decir.

He guardado, recelosa,
Compartimentos secretos,
Para que sus desvelos encuentren descanso.
Y una nube de caricias,
Tengo dispuesta,
Para cuando sus pies dejen de regalarle besos al suelo.

He ahorrado sonrisas,
Para los chistes que hemos olvidado contar,
Y elaboradas cenas,
Para saciar el hambre de nuestros huesos.

Las preguntas que sus ojos no dejan  de formular,
Encontrarán respuestas
Al posar su cabeza sobre mi pecho.
Y entre arpegios,
El aire encontrará sus colores.

Tengo al corazón listo,
Para sincronizarse al ritmo de sus pestañas,
Y un libro en blanco,
Para mejorar la historia.

He aprendido el arte de esperar,
Para cuando sus sueños se pierdan en el camino.
Y he apostado contra las aves,
Mis raíces por sus plumas,
Permitiéndome perder el abismo.

Y he decidido volar,
Sólo si usted vuela conmigo.

4 de noviembre de 2013

El Almanaque

El almanaque,
Pálido y cada vez más delgado,
Fallece lentamente ante el deseo de una sorpresa,
Esperando,
Pacientemente,
Toparse con algún desborde de pasión,
De amor,
De complicidad.

Con alguna melodía acompañándolo,
Va marcando cada día,
Sumando ganas,
Esas que le ha visto guardarse,
Buscando la fórmula exacta
Para transformarlas,
Para convertirlas en lujuria con forma de besos,
Cuando al fin,
Su presencia deje de ser ilusión.

Cada vez más pálido,
La observa a ella,
Imprimiendo letras que nadie leerá,
Rescatando algunas
Que hará públicas.
La contempla soñando,
Cuando aún no se ha logrado dormir,
Cantándole al papel,
Hablándole sobre una historia,
Dándole detalles que él aún desconoce.
Celoso, entonces,
Hace que los días corran maratones,
Queriendo robarle la historia,
Pero el papel es sabio
Y ha sabido guardarla con cautela.

Los días corren cada vez más rápido,
¡Astuto almanaque,
Que les ha enseñado bien!
Ella los busca,
Recorre las calles ansiosa,
Añorando tropezar con aquella voz,
Buscando el camino
En  el que quedaron sus uñas,
Las que le arrancaban la tristeza,
Extrañando desmesuradamente
Esas risas que lavaban cada lágrima,
Esa presencia,
Su presencia,
Que le completaba el alma.

Así la observa el almanaque,
Así ríe perversamente,
Así la odia amorosamente.

Ella escribe,
Y en un descuido
El almanaque lo logra ver:
¿Podrías venir?
¿Podríamos aniquilar toda intención de este malvado almanaque?
Así el tiempo sería nuestro,
El pasado y el destino,
Igual,
Así podríamos encerrar en cuartos de olvido a quién ha querido robarse nuestra historia,
Y dejar junto al almanaque
Toda deshonra de este amor,
Tan nuestro,
Como mi deseo de estar junto a vos.

Así la observa el almanaque,
Así ríe perversamente,
Incluso más fuerte aún,
Así la odia amorosamente,
Así se da cuenta,
Que no hay batalla que le pueda ganar.





28 de octubre de 2013

He resuelto soñarle

He resuelto soñarle,
En los rostros perdidos de la calle,
Me percato imprimiendo sonrisas,
Queriendo reproducir la que alguna vez le pillé en un descuido.
Sonrisa cálida y sincera,
Sedienta,
Sonrisa rebelde, 
Sonrisa impertinente.

He resuelto soñarle,
Complacer las esquinas de mi cama,
Con el recuerdo de su cuerpo,
Tan suyo como mío,
Tan mío como la memoria en la que permanece intacto;
Sus manos jugueteando,
Dibujando hábilmente litorales en mi espalda,
Donde la carretera por la que su lengua transita
Se rinde ante el consumador deseo.

He resuelto soñarle,
Cuando el aroma de su alma
Merodea mis desvelos,
Cuando desde el universo oculto de sus miedos,
Se disfraza de excusa cualquier motivo,
Cuando ha intentado olvidarme,
Y cuando, derrotado por sí mismo,
Encuentra la forma de volver.

He resuelto soñarle,
Pasear a su lado,
Besar sus manos,
Acariciar su cabello,
Soñarle feliz,
Despierto,
Soñarle a mi lado,
Soñarle riendo,
Soñarle llorando,
Cuando la luz se apaga,
Y en cada amanecer,
He resuelto soñarle en noches frías,
Cuando el calor me desnuda,
Soñarle cuando viene,
Soñarle al partir.
He resuelto soñarle,
Porque así me lo invento,
Así lo dibujo y desdibujo
Y más aún,
Porque así,

Lo puedo sentir.

1 de agosto de 2013

Mil veces vos

Lo conocí una vez,
En la oportuna luz que se desvanecía,
Entre cervezas y vinos
Lo descubrí.
Recuerdo verlo,
Atento a su dama,
Sonriente,
Recuerdo verlo
Y no pensar nada.
Lo conocí una vez,
Y no me hizo sonreír.

Lo encontré después,
Entre mensajes perdidos
En un viejo computador,
En esta ocasión sin su dama,
Sonriente igual.
Recuerdo leerlo
Y pensar “que ironía!”
Lo encontré después,
Y reímos juntos.

Hablamos,
Sonreímos,
Lloramos penas,
Nos perdimos para volvernos a encontrar.

Lo esperé una vez,
Le tendí mi cama,
Y le obsequié a mi familia,
Y esta vez,
Su sonrisa era mía.
Recuerdo escucharlo
Y vernos desaparecer.
Lo esperé una vez,
Y algo cambió.

Lo busqué mil veces,
Y dos mil veces lo encontré,
Lo sentí
Y quisiera creer él me sintió igual.
Mil veces lo busqué,
Apostándole a su sonrisa,
Ganándole caricias
Robándole sueños.
Dos mil veces lo encontré,
Aprisionado en mis párpados
Liberando a mi sombra,
Huyendo de sí mismo
O quizá de mí.

Lo conocí una vez,
Atento a su dama,
Y luego su dama fui yo,
Lo besé en la frente
Y lo vi marcharse,
Lo conocí una vez
Y ahora quisiera no reconocerlo
En las esquinas de mi cielo,
Quedándose,
O seguramente intentando desaparecer.

29 de julio de 2013

Sin miedo

Si se atreviera,
Si de una vez por todas,
Decidiera rasgar la veta que le baila en los ojos,
Y con los recuerdos buscara ensordecer las voces,
Esas necias intenciones que sólo tratan de librarnos batalla.
Si tan sólo quisiera entender,
Que lo espero quietamente
En los sueños que antes nos agasajaban,
Que lo busco en los recovecos de mi mente,
En donde su sonrisa me abriga  las mañanas frías,
Si tan sólo me escuchara nombrarlo en plegarias nocturnas.
Si no dejara entrar al miedo,
Al desconcierto de esta lejanía,
Si le permitiera al sol derretir
La llagas que el pasado dejó.
Si tan sólo me creyera,
Y confiara en su cuerpo cuando le dice que me necesita,
Si no callara al tambor que le habita en el pecho,
Cada vez que siente que me acerco.
Si la obstinación le permitiera ver,
Que también es válido equivocarse,
Y que lo quiero así,
Imperfecto,
Tosco en los bordes y afable desde adentro.
Si tan sólo dejara de musitar
Cuánto disfruta que lo quiera,
Y pudiera gritarlo al aire,
Para armonizar junto al alba,
Estos suspiros con los que le recuerdo.

14 de julio de 2013

¿Pensás?

Se me disipa la fragancia,
Esa que cargabas aquella vez,
Cuando me observabas dormida,
Acariciándome el rostro,
Y súbitamente me besaste
Convencido, quizá,
De mi ausencia.

Trato de imaginar
El litoral de tu cuerpo,
Pero mis manos ya extrañan esas comisuras,
Y a mi boca se le ha prohibido invocarte.

Libero inconscientemente palabras al vacío,
Simulando que lográs oírlas,
Ansiando que este pensamiento carcoma los muros
Para que cada vocablo  llegue hasta vos.
Ahí,
Comienza la manía,
La implacable necedad de saber,
De resguardar al alma en preguntas.

Pensás en mí?
En aquel encuentro,
En la necesidad de tocarnos,
De abrazarnos,
De dibujarnos palabras en esta realidad.
Pensás en aquellos días?
En las risas,
Las discusiones,
Los arrebatos de pasión,
Los desbordes de cariño.
En tus manos en mi espalda.
Y mi corazón en tu pecho.
Pensás?

1 de julio de 2013

Con el mundo aparte

Sentada a lo lejos,
Empuñando sentimientos,
Intentando solapar ausencias,
Y camuflando huidas en el desespero de la luz,
Se ve ella.

Repasando con el alma,
Las líneas de aquella sonrisa;
Se le observa suspirando,
Embebida en el aroma que tiene ahora su memoria,
Dejándose sentir poro a poro,
Admirando como,
Con la brevedad que se disipan los atardeceres,
Se le van eclipsando cada uno de los vellos.
Se le advierte  titubeando entre juicio y anhelo,
Descolgando abrumada,
Cada imposible que lleva prendido del pecho.

Ella siente,
Seguro que siente.

Así se ve ella,
Reescribiendo historias,
Con la mirada vidriosa,
Y la necesidad de una sonrisa
Queriendo colársele entre los dientes.

Se le reconoce,
Intentando,
Con los hilos de su lápiz
Y la astucia de sus manos,
Enramar el camino que se perdió en la neblina,
El que creyó no llevar a ningún lado.
Dibujándole pasadizos y atajos,
Para que al acabar su paso
Logre reposar siempre
En la calma de sus fuentes.

Muchos la ven,
Sentada,
Sonriendo disimuladamente,
Aferrándose al aroma de aquel encuentro,
Esperando que,
Con el mundo aparte,

Él se siente también.

25 de junio de 2013

Canciones diferentes

Se me escurren las horas,
Perdiéndose en la trémula luz que se disipa entre la neblina,
Quedan aún algunas palabras del crucigrama por llenar,
Sin embargo me distraigo,
Me inquieto esperando encontrar su nombre amalgamándose entre mis dedos.
De repente,
El teléfono comienza a cantarme desde la otra habitación,
Aúlla sobre mi cama,
Temeroso, solitario, escondido entre la oscuridad de mis almohadas.
Llego hasta él,
Incierta, temerosa y solitaria también,
Ha dejado de cantar, no era la canción que esperaba.
Quisiera hacer cantar a su teléfono,
Pero aún no sé la canción,
Todavía no tengo esas palabras que lo hagan bailar con mi voz.
Se aleja,
Cada día un poco más,
Mis dedos ya no se cruzan con su nombre,
Mis brazos ya no abrazan su recuerdo,
Y mi boca ya no besa su suerte.
Se aleja y me alejo yo también,
Esperando que al escurrirse las horas,
Volvamos a encontrarnos otra vez,
Y quizá ahí,

Tararear la misma canción.

Concierto poco usual

La oscuridad de la noche me acompaña,
mientras la tristeza comienza a dar su concierto habitual.

Recuerdo haberle preguntado varias veces,
si por fin ahora, encontraría su camino al umbral,
ese que buscó desaforadamente en callejones
que parecían cerrarse con la luz de la luna.

Ahora comprendo el silencio que embriagaba el lugar..

Comencé un nuevo camino,
varias horas atrás,
ansiando que la luz decidiera extinguirse entre mis labios
y que cual cigarrillo se esfumara con el viento.

Mas hoy advierto,
no es la luz quien aniquila la entrada a un nuevo sendero,
es el brillo de tantas horas de ausencia el que ciega
y no permite observar hacia donde se va.

Me disculpo por mis palabras,
si es que ahora como en un principio decidieron flotar.
Me disculpo si se derriten en tu espalda
provocando dolores que nunca imaginaste sentir.
Si ahora, moribundo,
has de encontrar puertas que no sabías siquiera que existían en este callejón.

Discúlpame corazón mío,
Por obligarte a latir tan fuerte sin haber encontrado mano que te sintiera.

He encontrado una nueva senda
una que no debería desenmarañar,
Una que desde el principio me decía ser un callejón abismal.
Abstemia de entradas y repleta de salidas,
aunada en resquicios en los cuales colgar,
temores, angustias y uno que otro placer.

Placer con nombre y apellido,
y por qué no,
con código postal.
Placer que se escapa a mi boca
y ahora me es prohibido nombrar.
Placer desmesurado en brillo,
que dejaría a esta historia sin final.
Discúlpame tristeza,
comienza ya tu concierto habitual.

Cuando la lluvia

Vacilan las letras de mi teclado,
Viendo pasar las horas en las que las palabras se ausentan,
El aroma de un recuerdo aún pasea por el salón,
Y la lluvia incesante de imágenes empapa mi almohada.

Hace frío,
Como no lo hacía desde hace mucho,
Torrentes de agua obstaculizan al horizonte,
Cegándolo,
Impidiéndole venir.

Quiere venir, yo quiero que venga,
¿Cuándo parará este aguacero?

Justo cuando el aroma intenta desaparecer,
Alguna melodía en la radio lo trae de vuelta,
Sigue lloviendo,  no quiere parar,
Y lejos se vislumbra
Al horizonte buscando formas para distraerse.

Sé que quiere venir,
Quizá él no lo sepa,
Quizá aún no reúne las fuerzas para hacerlo,
Esta lluvia necia lo detiene,
Lo apresa, lo contamina.

Está cayendo un aguacero en mi ciudad,
Algún día tendrá que parar,
Mientras tanto,
acá encuentro formas para resguardarte

Ahab

Entraste a mi cuerpo  inesperadamente,
Me hiciste sudar y hasta creerme viva,
Cambiaste en mi los hábitos,
Esos que construí en soledad (cuando me creía muerta).

Me levantaste entre versos
Y con las armonías de tu figura
rompiste la sombría marcha de mis palabras.

Un abrazo,
De despedida, de bienvenida,
Un simple abrazo bastó
Para hacerme dormir.

Curaste de mi la plañidez
Con el suave pistilo de tu boca,
Y como en una quimera
me ayudaste a volar

Me ragalaste un puñado de hojas claras
Y con tu mano sobre la mía
Volví a escribir.

Un abrazo,
De despedida, de bienvenida,
Un simple abrazo bastó

Para hacerme vivir.

Inédito

Si tu voz no fuera como miel que endulza mis noches,
Y tu sonrisa la paz que me embriaga en la madrugada,
Si tan sólo no deseara tenerte en mis manos para nunca dejar de verte,
Y así capturar en un envase la melodía que se escapa de tus labios.

Aunque no deba, mis sentidos no lo entienden,
Aunque no quiera tengo corazón rebelde,
Aunque mis noches no sean tan oscuras y mis mañanas tan tempranas,
Aunque nada de eso exista tengo ganas de tenerte.

Si tu sutil mirada nunca se hubiera cruzado con la mía,
Y sólo en mis sueños supiera de tu existencia,
Si el destino no quisiera jugar a ser el villano,
Y nos dejara escoger nuestro camino

Si la luz de una vela no hubiera iluminado nuestro encuentro,
Y al terminar la noche  hubiéramos continuado nuestro rumbo,
Si no quisiera saltar  a un barranco, tu barranco,
Y pasar el resto de mi vida con la piel erizada, como cuando te siento venir.

Aunque no deba, mis sentidos no lo entienden,
Aunque no quiera tengo corazón rebelde,
Aunque mis noches no sean tan oscuras y mis mañanas tan tempranas,
Aunque nada de eso exista tengo ganas de tenerte.

Lista de Supermercado



Encontré  un nuevo capítulo de aquel libro,
ese que empezó a entretejernos antes de siquiera enterarnos,
la escritura pareciera alterada y un tanto borrosa,
cual si la historia terminara ahí:
en un puñado de letras,
de líneas sin razón,
en un bosquejo de lo que podría parecerse a la felicidad.

Como una lista de supermercado,
repasada mil veces,
doblada y desdoblada otras mil más,
me reúso a resumirnos así,
hay más que pan y leche acá,
hay deseo,
necesidad
y algo más.

Encontré además,
una lista  que no podría ignorar,
una serie de razones para olvidarnos,
para postergar el placer,
para dejar los guiños y
alimentarnos de realidad.

Un conteo  doloroso de pros y contras,
una fila cargada,
otra  apenas recordada.

Una hilera entera de convencimientos,
apilados uno tras otro,
llamando retorcida a nuestra historia,
a veces imposible, inexistente,
e incluso fantasiosa.

En otra fila,
apuñadas y completamente solitarias,
dos líneas minúsculas y temblorosas,
con la sazón y el poder de lo olvidado
“placer” 
 “¿por qué no?”

Sonreí,
repasando  mentalmente cada capítulo del cuento,
pasé por mi oficina
y me excité como el primer día,
mi antiguo dormitorio,
un balcón lleno de recuerdos,
y una que otra fiesta.

Leí y entendí
cada palabra que aniquila la historia,
cada punto final,
cada cierre mal hecho,
cada temor,
cada consciencia,
cada razón,
sonreí.

Cada arriba, tiene su abajo,
Cada bueno, tiene su malo,

Cada inicio tiene su final.

18 de junio de 2013

Imaginemos

Y si indirectamente
Le hago una solicitud a su sonrisa,
Para que traiga consigo al verano
Que este invierno necesita.
Si,
A partir de hoy,
Dejamos los resabios para después,
Cuando los relojes nos sobren
Y se detengan a nuestro encuentro.

Y qué tal si no le digo al oído
Que lo quiero,
Mas usted me escucha susurrarle,
Desde lejos,
Que aún sonrío viajando
Por las calles que caminamos juntos.

Y si de repente,
Los fantasmas zarparan,
Dejaríamos entonces,
De temer antiguas maldiciones,
Y benditas serían cada una de las caricias,
Uno a uno los besos elevarían nuestro cuerpo,
Y cada camino se abriría a nuestro paso.

Por qué no,
Imaginemos si el engaño no existiera,
Si nunca antes hubieran cercenado nuestra alma,
Si no conociéramos el dolor,
Y la confianza fuera un bien común,
Tal vez ahí,
Caminar sería más sencillo,
No nos tomaría tanto tiempo encontrarnos,
Ni nos detendríamos antes de recorrer,
Con cautela y total recelo,

Las cicatrices de nuestros cuerpos.

13 de junio de 2013

Le propongo

Le propongo,
Que sus labios nunca dejen de nombrarme en besos,
Que cuando atardezca el almanaque busque en los rincones de mi luz,
Que seamos la respuesta al acertijo que aún no hemos planteado,
Y que le desabrochemos el sostén a la vida.
Le propongo,
Que nos bañemos en un aguacero de  abrazos,
Que empeñemos las lágrimas para comprar más sonrisas,
Que ahuyentemos a las sombras de los árboles secos,
Esos que han muerto en el jardín que divide nuestras almas.
Le propongo,
Que en las tardes de verano,
Humedezca  su  cuerpo en mi fuente,
La misma,
Que en invierno,
Le ofrezco para resguardarse.
Le propongo mil cosas,
Besos, Abrazos,
Caricias,
Risas, Carcajadas,
Cine, comida,
Música, Diversión,
Placer, ternura,
Teatro, Lectura,
Le propongo mil cosas.
Le propongo,
Locura,
Que podamos ver árboles de plumas
Y aves de gotas de rocío,
Para saber que seguimos soñando,
Que tanta dicha no puede ser cierta,
Y que una opción es nunca despertar.
Le propongo,
Que soñemos,
Que alucinemos con castillos de amplios pasadizos,
En los que fácilmente nos perderíamos para fusionarnos.
Le propongo,
Que nos perdamos,
Que olvidemos el dolor,
Que obviemos las penas,
Que dejemos la razón para quienes no sueñan,
Que seamos nosotros,
Usted los labios del naufragio
Y yo la Isla en la que encalla.

10 de junio de 2013

Historia en tres actos

Primer acto,
Ella lo recuerda
Mientras un suspiro escurridizo logra escapársele,
No logra despojarse de ese macabro nudo,
Ese que se le colgó en medio del pecho,
Impidiéndole, perversamente,
Ver más allá.

Decide levantarse e interpretar,
Muchas veces ya,
En otras vidas,
En otros tiempos,
Interpretó estar viva,
Sabiendo que su cuerpo yacía en un rincón oscuro de su habitación,
Olvidado hasta por las ratas,
Que ocasionalmente la visitaban desde el lote vacío de al lado.

Se tambalea hasta el baño,
Queriendo lavarse la angustia,
Abre el grifo dejando al agua aparecer en explosiones
Hasta encontrarse estrepitosamente con su cuerpo,
Logrando después descender hasta el desagüe,
Desapareciendo,
Dejando la angustia en su lugar.

Sin éxito,
Seca su cuerpo angustiado,
Toma el disfraz del día,
El que le ayudará en su papel en esta ocasión,
Lo usa,
Lo viste,
Queriendo aparentar que nada ha sucedido,
Nadie se entera,
Su cuerpo sigue en el rincón oscuro de aquella habitación.

Sale a la calle,
Esperando toparse con algún rostro conocido,
Deseando que la saquen de ese trance,
Del desdén,
De la ausencia,
“Al rato –piensa-
Me sorprendo olvidando”
No sabe qué pasó,
No entiende en qué momento se quebró el cielo,
No conoce las excusas,
No tiene más pretextos,
Se dispone a olvidar.

Segundo acto,
Él,
Escondido en su universo,
Desdibuja las sonrisas,
Esas que ella le guindó como paraguas,
Buscando secarse de un invierno incierto,
Obligando a su alma
Despojarse de cada recuerdo.

Lejos de su consciencia,
Repasa cada una de las imágenes
En las que ella reposa,
La visita en sueños,
La abraza,
Logra sentirla,
El aroma dulce su piel
Aún se cuela en su nostalgia,
La tersura de cada comisura
Aún es percibida por su tacto.
Intenta olvidarla,
Lo va logrando
A veces más,
Otras no tanto.

La había descubierto inocentemente,
Una noche en que no era su compañía,
La vio sonriendo,
Desplegándose en pasión,
La vio con una copa de vino,
Jugando azares que nadie sabía eran nuevos para ella.
Su presencia se fue notando,
Hasta convertirse en su cómplice,
Buscó alguna melodía para acompañarla,
Para agasajarla,
Para nombrarla disimuladamente.

Hoy,
Él,
No sabe qué pasó,
No entiende en qué momento se quebró el cielo,
No conoce las excusas,
No tiene más pretextos,
Hoy,
Se dispone a olvidar.

Tercer acto,
Ellos,
Cada uno respirando,
Viviendo,
Atascados en su propio barro,
Ya no hay poemas
Que los resucite,
Ni serenata que los embelese.

Ahora,
Cada uno engulle las palabras que deben callar,
Las lágrimas las absorbe el orgullo,
Se persuaden,
Tratando de tener éxito,
Que el miedo no apostó en esta partida,
Que las realidades son otras,
Que no se prenden de ilusiones
Y que el frío que los embarga
No se debe a la ausencia.

Ahora él,
Se convence en  su franqueza,
Como si nunca antes se hubiera mentido,
Ya no fantasea con aquel cuerpo,
Ni derriba fronteras,
Ya no nada mares de ensueño,
Ni busca pretextos para adorarla,
Ya no la besa,
Y el verbo que la acompañaba,
Es ahora utopía

Ahora ella,
Materializa su  quimera,
Conoce cada paso a seguir,
Conoce de encantos y hastíos,
Ha caminado ya estos senderos,
Se ha perdido en miradas,
Ha ocultado su sonrisa
Y desviado su atención.

Y es así,
Como ahora ellos,
Desteñidos y deformes,
Se desprenden de la historia,
Se despiden del capricho,
Bajan sus banderas

Y dejan de soñar.

5 de junio de 2013

Nada es lo que parece

Si alguna vez advierte que le he olvidado,
Sepa que en cada ausencia he plantado una fotografía,
Para que al quererse desdibujar su imagen de mis pupilas
Desde la oscuridad resplandezca una a una,
Como tomas de una película no hace mucho vista por los dos.

Y si alguna vez deja de escuchar mi voz,
No es porque ya no le cante melodías al vacío,
Es porque guardo mis palabras,
Para que puedan acompañar ese amanecer,
Con el que sueño por las tardes,
Cuando desvarío entre cigarros y café.

Si de pronto, 
Llegara a notar un desastre en mi mundo,
Entienda que solamente soy yo,
Ordenando,
Limpiando,
Haciéndole acogedora su llegada,
Evitando su partida.

Por eso,
Si alguna vez advierte que lo he olvidado,
Si no logra escuchar mi voz,
Y si de pronto,
Todo parece un desastre,
Comprenda que soy yo,

Preparándome para verle venir.

31 de mayo de 2013

Nada que resumir

Cuando todo se resume y no quedan más adioses,
Que ese último respiro
El que esperábamos se alargara hacia la eternidad.

Cuando todo se resume a un hoyo,
A una lágrima,
A una caja y a un perdón.

Perdón que pedimos por los pecados de otro,
Para nuestra propia culpa limpiar,
Para sentirnos parte de algún acto de liberación;

Es ahí cuando inventamos paraísos,
Para reconfortarnos el alma,
Para no sentirnos traidores al quedarnos,
Al  vivir;
Para poder reír en paz,
Comer con hambre y dormir con sueño.

Cuando todo se resume a una fosa,
No importa quién quiso más,
Quién lloró menos,
No importa si fue bueno o malo,
Ya no se miden sonrisas, ni se pesan lágrimas.

Cuando todo se resume a ese momento,
A ese respiro,
A esa última mirada al ahora,
Cuando nos resumimos al borde del precipicio,
El que desde pequeños nos enseñaron a evadir,
Cuando saltamos,
Y contemplamos en el vacío,
Cuántas veces antes decidimos morir,
Cuántas veces antes vivir fue la única opción,
Cuando todo se resume a un poco de tierra,
Si caminamos o dormimos,
Si vivimos o morimos,
Si respiramos o matamos,
Deja de existir,
Deja de importar.

Porque ahora,
Ahora que nos resumimos,
No somos más que un puñado de recuerdos,
Tan volátil como quién nos conoció,
Tan bondadoso como la lengua de quien nos mencione,
Tan fuerte como su memoria,
Tan distante como nuestra voz.

Cuando todo se resume,

No queda nada que resumir…

26 de mayo de 2013

Fantasías de Hotel

Esta es una historia que podría tener dos caminos
Uno, en el que ella llega, deja su encomienda, da un beso de bienvenida y uno de despedida,
“nos vemos luego” y una puerta se cierra tras su partida.
Otro un tanto más extenso,
Con música de fondo,
Más besos, más caricias, más placer.
Entonces,
Ella llega,
Toca tres veces la puerta que la separa de él,
Espera a que él se acerque, tambaleándose,
Dudando en si debería abrir aquella puerta,
Tiene miedo, es algo nuevo, diferente,
Quisiera poder afirmar, mejor.
Se decide vencer sus demonios y abrir,
¿Qué podría pasar mal?
Ella del otro lado de la puerta,
No es a  quien conoció,
Es otra,
Es una de sus mejores versiones,
La que más disfruta.
Él la recorre con la mirada,
Zapatos altos,
Ligueros sujetados desde la cintura,
Lencería para la ocasión,
Cubierta nomás por un abrigo largo,
El primero en perderse en la habitación.
Ella entra,
Lo saluda,
Sonríen con la mirada,
cómplices delo que está a punto de suceder,
Lo sujeta de las manos y lo lleva gentilmente hasta el borde de la cama,
Lo sienta sigilosamente,
Y le pide que se relaje,
Para mejorar sus sentidos,
Le venda los ojos,
Y lo despoja de su ropa.
Le ata las manos a la cama,
Inmovilizándolo,
Dejándolo vulnerable al placer,
Le susurra al oído unas cuantas líneas:
“relájese, por el momento, usted me pertenece”,
Comienza con un masaje en la espalda
Que se extiende hasta otros rincones,
Con un pluma lo recorre,
Explorando su cuerpo viril,
Ostentoso, lleno de deseo,
Dibuja figuras en su cuerpo con chocolate,
Que luego limpiará con dedos y boca,
Derrite candela en su espalda y pecho,
También podrá lamerla luego,
Comienza a recorrer su cuerpo con labios, lengua y dientes,
Absorbiendo a su paso los olores de ese cuerpo estremecido,
Entregado al goce.
Llega hasta su miembro,
Lo bordea con las yemas de los dedos,
Siguiendo el trazo con la punta de la lengua,
Hasta introducirlo completamente en su boca,
Lo recorre arriba abajo,
Hasta que él suplica ser desatado,
Necesita agarrarla,
Tomarla en sus brazos,
Poseerla,
Someterla al mismo placer,
Al mismo recorrido,
A la misma pasión.
Necesita penetrarla,
Sentir su sexo sobre el de ella,
Entrando y saliendo de su cuerpo.
Ella desanuda sus manos,
Dejándolo libre.
Él la toma,
La tumba sobre la cama,
Y sin muchos rodeos,
La penetra,
Le cincela el cuerpo con su miembro,
Y la hace suya, aunque sea por un instante,
Ella ahora le pertenece,
Y ahí,
En esa amalgama de lujuria,
De placer y deseo,
Se rindieron a la explosión
De sus cuerpos,
Quedando inertes, saciados

Y saboreándose,
Cada vez más.