10 de noviembre de 2012

Necesidad de usted


Usted,
Que procura visitarme cada noche,
Para remojar mi sueños en mares de placer,
Que osa arrebatarme promesas,
Idilios,
Temores.

Sí,
Usted,
Que con toda intención,
Con impresionante ahínco,
Y con una pausada premura,
Aquella tarde me besó.

Hoy debo preguntarle:
¿De dónde el coraje sacó para, con alevosía, crearme esta necesidad de usted?
De reposar mi labios sobre los suyos,
De sentir la saciedad de su abrazo,
De saborear el compás de su cuerpo entrando por mi puerta,
De respirar el vapor desprendido de su cuerpo.

 Yo,
Que de pronto me descubro rebuscando palabras,
Canjeando bostezos por suspiros,
Sonriéndole al viento
Y seduciendo a mi teléfono.

Yo,
Vívida fortaleza de obstáculos empinados
Y pasadizos liosos,
He perdido los mapas que llevan a mi aposento,
He entregado la copia de mis llaves,
He arropado nuevas angustias,
Nuevos placeres.

Hoy soy yo,
Quien de coraje se debe llenar,
Para pedirle a usted,
Y a  nadie más que a usted,
Que con inevitable deseo,
Y con toda intención,
Venga hoy,
Venga mañana,
Venga siempre,
Y con caricias comience,
A  abrigarme el alma.